Análisis morfológico de las máscaras de la diablada Pillareña-Ecuador

Morphological analysis of the Ecuadorian Diablada Pillareña masks

Soraya Anabell Lagua Vasquez*

https://orcid.org/0009-0008-3035-8210

Hugo Daniel Cuji Veliz

https://orcid.org/0009-0001-2678-1373

Bertha Alejandra Paredes Calderon

https://orcid.org/0000-0002-4607-0472

Carrera de Diseño Gráfico, Facultad de Ciencias Sociales, Artes y Educación, Universidad Técnica de Cotopaxi, Latacunga, Ecuador

*soraya.lagua6957@utc.edu.ec

Recibido: 12 de junio de 2023 Aceptado: 13 de julio de 2023 Publicado: 15 de enero de 2024

Resumen

La diablada pillareña es en la actualidad una de las festividades más significativas para el cantón Píllaro, cada año convoca la presencia masiva de turistas que buscan formar parte del jolgorio. Su personaje principal “el diablo” marca detalles identitarios únicos, debido a sus peculiares y características máscaras. Sin embargo, la producción indiscriminada de las máscaras hace que estas sean tratadas como objetos de poca relevancia, provocando la pérdida de sus valores visuales y culturales. Esta investigación tiene como objetivo analizar morfológicamente tres aspectos constitutivos de las máscaras de la diablada pillareña. El primero, el análisis de los elementos visuales constitutivos de la máscara, el segundo el simbolismo y el tercero el valor cultural de las mismas. Se usa la metodología de Bruno Munari para el estudio visual, desde el elemento sistemático concebido como una unidad, para después descomponerla en sus elementos constitutivos donde se identifican los elementos visuales más representativos. Los resultados evidencian que las representaciones visuales cromáticas, formales y de relación guardan estrecha relación con el quehacer del personaje, su valor cultural y simbolismo. Finalmente, respecto a los artesanos la investigación determina que los artesanos integran conceptos y combinaciones de personajes en su constitución, por ejemplo, la unión del diablo y el payaso o el diablo y el duende, éstas dependen de su creador.

Palabras clave: Morfología, diablada pillareña, visualidad, máscaras, Ecuador.

Abstract

Diablada pillareña is currently one of the most significant festivities of Píllaro. Each year, it summons a massive touristic presence, which look forward to take part of the jamboree. The main character is ‘El Diablo’ (the devil), it has unique identity details as part of their peculiar mask. However, the indiscriminate production of those devil-like masks, causes them to be reduced as simple objects or souvenirs, losing their visual and cultural values indeed. This research has the purpose to accomplish a morphological analysis of three constitutive features of the devil masks. First, the visual elements, second, the symbolism and third, the cultural value. The analysis was made, based upon Bruno Munari’s methodology for the visual study, from the systematic element conceived as a unity, to be decomposed in their constitutive elements where the most representatives were identified. The results evidenced that visual representations such as color and shape are closely related with the role of the character, their cultural value and the symbolism. Finally, concerning the artisans, the study determinates that the artisan is who integrate the concepts and combinations of several characters at the moment of crafting a mask, such as the devil and the clown, the devil and the gnome. Those combinations will depend on the artisan merely.

Keywords: Morphology, Diablada Pillareña, visuality, masks, Ecuador

Introducción

La diablada pillareña es una celebración popular y patrimonial que se lleva a cabo en la ciudad de Píllaro, provincia de Tungurahua en Ecuador, del 1 al 6 de enero; fue designada como Patrimonio Cultural Inmaterial del Estado ecuatoriano el 29 de diciembre de 2008 (Ministerio de Cultura, 2008). En la investigación se identificó la falta de información verídica sobre la elaboración de las máscaras, llegando a ser vistas como meras decoraciones u objetos satánicos, inclusive como objetos de poca relevancia, lo cual ocasiona que no se entienda con exactitud el porqué de sus diseños tan característicos.

La preparación de la fiesta inicia en diciembre, en las comunidades locales cercanas a Píllaro como Marcos Espinel, Rocafuerte, San Andrés, Guanguiban, Tunguipamba entre otros. En cada uno de estos sectores se empieza con la designación de un líder o cabecilla que se encarga de la organización de los bailadores y acompañantes, esta organización se ha conservado durante más de 100 años (Terrazas, 2020). Como primera tarea, el cabecilla comienza con la repartición de las invitaciones a cada uno de los participantes, personalmente.

Luego se designa el lugar donde se van a realizar los ensayos o “revisiones", que consiste en un telón de fondo esencial, que se transforman en sitios donde se transfiere el conocimiento, lugar y sentido de pertenencia vecinal (Terrazas, 2020) en estas reuniones se determina el punto de salida de las partidas, así como su lugar de descanso que por lo general sucede en los alrededores del centro de Píllaro; también se escoge la banda de pueblo que será partícipe de la partida. Dos semanas previas al festejo se realizan ensayos para coordinar tiempos y lugares de ubicación de cada personaje.

El primero de enero a las 8:00 de la mañana, cada participante comienza con su ritual de preparación, algunos lo hacen reuniéndose en grupos pequeños y otros en sus casas con sus respectivas familias. A las 9:00, gran parte de los integrantes de la festividad se traslada a su lugar de concentración en los distintos barrios, donde la banda de pueblo designada se encuentra a disposición del líder para que empiece la celebración; en el transcurso de esta hora inicia el baile informal con los moradores y miembros de cada una de las locaciones.

Ya para las 10:00, la banda es la primera en ocupar su lugar, seguida de los participantes, quienes toman su espacio designado e inicia oficialmente la fiesta con el descenso de cada una de las comunidades a las calles principales del centro de Píllaro. El trayecto tarda alrededor de 30 minutos en llegar al centro de la ciudad, donde todas las partidas comienzan a tomar su ubicación para el recorrido oficial del desfile.

Los disfrazados siguen un código específico y particular en la fiesta: como las parejas de línea, que hacen referencia a la crema y nata del pueblo y se caracterizan por su gallardía y elegancia en sus bailes; la guaricha, quien hace alusión a la mujer alegre y coqueta de Píllaro, las guarichas se encargan de distraer al público para que las parejas de línea puedan continuar su ruta sin interrupciones; el capariche personifica al barredor de la ciudad, su rol es limpiar las calles con su escoba a base de espinos, retama y ortigas. (GADM Santiago de Píllaro, s.f).

Los diablos son los personajes más populares que dan nombre a la celebración, son aterradores y cumplen el rol de guardianes de sus territorios, protegen a las parejas de línea bailando a su alrededor, asustando y divirtiendo a los espectadores (GADM Santiago de Píllaro, s.f).

El trayecto dura aproximadamente una hora, durante el recorrido los integrantes de las partidas interactúan con los visitantes locales y extranjeros, al llegar a la tribuna donde se encuentran las autoridades del cantón, las bandas exponen sus trucos, en los cuales los instrumentos son la pieza principal; en esta zona permanecen alrededor de 15 minutos, lapso clave para la culminación del desfile como tal, dando dirección al lugar de descanso que fue elegido con antelación, tomándose un tiempo de 20 minutos hasta llegar. En este sitio el diablo y los demás personajes pueden desvestirse, comer, beber y continuar con el baile durante un tiempo indefinido. (Terrazas, 2020, pp 320-321). Dos horas más tarde el recorrido reinicia, esta vez el punto de partida es la zona de descanso hacia el centro, vuelven a tomar su ubicación en el desfile y se repite el recorrido anteriormente mencionado.

Referente a estudios similares se menciona el trabajo de Vargas & Betancourt Chávez (2020), en su trabajo Morfología de las figurillas de la cultura tolita y su aplicación al diseño textil, explica el análisis de la iconografía de las figuras de la cultura tolita, sus orígenes y el simbolismo de sus manifestaciones gráficas. Presenta una colección de vestuario con diseños propios e involucra rasgos culturales andinos y el lenguaje auténtico, además de exponer algunas piezas originales, fortaleciendo su trayectoria mediante registros digitales de los recipientes cerámicos. Asimismo, en su investigación realizan el estudio del diseño y el arte andino, tanto como la procedencia física en su composición y simbología de cada ícono, envuelta en formas geométricas, antropomorfas y zoomorfas elaboradas con un alto sentido estético y artístico en la reinterpretación simbólica astronómica del sol, la luna, las estrellas y las constelaciones, como así también la interpretación de su calendario andino en sus solsticios y equinoccios y la influencia de la cruz cuadrada.

En este contexto, la presente investigación tiene como objetivo analizar los elementos que componen las máscaras de la diablada pillareña, mediante procesos e instrumentos como fichas y técnicas morfológicas que permitirán la implementación del lenguaje visual de las formas y su importancia, para contribuir con la preservación de la tradición como parte de la identidad cultural.

De acuerdo con las funciones relacionadas con la presente investigación se fundamentan con las siguientes incógnitas que aportan una interpretación de variables con base a los autores; ¿existe una diferencia entre máscaras, en su construcción y estilo?, ¿cuál es su representación simbólica y qué importancia cultural se refleja en la actualidad?. En la investigación de Calle (2020) se menciona que las máscaras han tenido significativa trascendencia a lo largo de la historia humana, con una multiplicidad de formas y representaciones de las mismas. Las creencias de grupos humanos reflejan que en la imagen del diablo se utilizó una extensa y rica variedad de materiales.

El enfoque teórico de esta investigación lleva como fundamento el estudio de la figuratividad, que está entendida como representaciones abstractas visuales, e identificar imágenes reconocibles. La interacción de los sistemas figurativos de las máscaras desde un dominio cultural, se establece dentro de una constante marcada por relaciones de poder y pertenencia, vinculados a lo tradicional y popular, que constituye con la resignificación de imaginarios en una realidad simbólica que se mantiene a pesar de influencias culturales externas. La abstracción y el figurativismo en su relación determinan el dominio de una visión colectiva, encarnada en símbolos y mitos más clara y poderosa ha sido su expresión visual a través de la fórmula o convención concretizadora adaptada por la cultura comprometida (Elliott, G, 2018).

La materialidad visual dentro de la festividad pretende profundizar una realidad cultural, en la cual las formas e imágenes se articulan para vincular directamente la visión etnocentrista que avizora un performance de pertenencia a la festividad. La visualidad contemporánea se aplica en una relación entre lo material y visual, ya que implica la imposibilidad de reducir lo visual a lo lingüístico, en una disputa entre distintos regímenes del valor cultural, ligados aquí a regímenes de la percepción. Martínez, S (2017).

Mientras lo figurativo evidencia la visualidad desde los ámbitos de su construcción y composición dentro de la fiesta, lo abstracto trabaja con esa misma visualidad en relación a lo simbólico y sus elementos dentro de una dinámica cultural más general, en la que están presentes fiestas, rituales, tabúes, mitos entre otros. Lo abstracto rompe radicalmente con el pasado, ya que la normalización de los elementos constructivos va con la representación general de figuras y formas Ampliato. F (2016). De esta forma esta investigación se inserta en las corrientes teóricas del figurativismo y la abstracción en el estudio de la visualidad y su valor simbólico.

Metodología

La presente investigación de carácter cualitativo se estudia a partir de una investigación descriptiva que permite analizar los componentes constitutivos de las máscaras de la fiesta de la diablada pillareña, desde ámbitos visuales y figurativos, complementados con un estudio simbólico de carácter cultural.

Se estudian una población de 100 máscaras de la diablada pillareña, creadas por los artesanos nativos del cantón Píllaro bajo un lineamiento empírico; se obtuvo 45 máscaras del artesano Milton Pullupaxi, le siguen las 25 máscaras del artesano Marco Caillamara, finalmente, 30 máscaras del artesano Miguel Olmos. Estas máscaras se encuentran debidamente fotografiadas y codificadas, para la investigación.

Para la determinación de la muestra se aplica el cálculo del modelo,con un nivel de confianza del 95% y un error muestral de 05; su resultado es de 81 máscaras a analizar. Para la selección de la muestra se utiliza el muestreo probabilístico sistemático que determina la selección de la muestra con intervalos de 1.

Tabla 1

Muestra Máscaras de la diablada pillareña, Ecuador

Nota. Realizado por Soraya Lagua y Daniel Cuji

Para el análisis morfológico se opta por la metodología de Bruno Munari, quien fundamenta su resolución en la distinción del problema que permite la sistematización del proceso hasta llegar a la solución (Munari, B, 2020). El proceso metodológico lleva consigo 12 etapas que ayudan a la consolidación del estudio del objeto en cuestión, que se desarrollan de la siguiente manera:

  1. Problema

Pérdida del valor simbólico de los elementos compositivos visuales de las máscaras de la diablada pillareña y su relación con la identidad cultural del cantón.

Últimamente el comercio desmedido de las máscaras, hace que durante el proceso de producción estas pierdan sus características visuales y simbólicas. Suárez (2020) menciona que la cosmovisión indígena pillareña de las máscaras se sostiene de un conjunto simbólico que exterioriza procesos de conocimiento y saberes propios del mundo andino (p. 37).

  1. Definición del problema

Cómo incide el valor morfológico visual de las máscaras de la diablada pillareña tradicionales en el simbolismo e identidad cultural.

  1. Definición y reconocimiento de subproblemas

Se definen problemas en la investigación que surgen del estudio del contexto, de los procesos de construcción de las máscaras y su visualidad.

Las máscaras en la actualidad tienen un proceso de producción y consumo masivo, esto fomenta la pérdida de su originalidad en la forma y constitución visual.

  1. Recopilación de datos

En el siguiente apartado se recolectan algunos aspectos relevantes respecto a las máscaras de la diablada pillareña. Inicialmente, cuenta la historia que durante los años de la colonia los indígenas se disfrazaban de diablos, en repudio a las prédicas sacerdotales y al maltrato físico, psicológico, económico y moral que recibían de los españoles.

La representación visual del diablo, que actualmente predomina como parte de los imaginarios figurativos globales en la memoria colectiva, señala que su representación es un símbolo de idolatría que llegó al territorio de Píllaro por una migración de un grupo étnico de Bolivia o Perú. Otra versión expone que los señores de las haciendas y representantes de la iglesia, consentía que los indios realicen una fiesta en año nuevo, disfrazados de diablo, por medio de lo cual se burlaban de sus tiranos; y una tercera versión, da cuenta que se originó en las comunidades de Tunguipamba y Marcos Espinel de Píllaro, cuando por los enamoramientos, de las mujeres de Píllaro, los varones se disfrazaban de diablos para ahuyentar a sus rivales, al lograr su cometido, gritándose en su huida ¡Por inocentes!. (Terrazas, 2020, pp 317-319)

En la festividad el diablo es el eje central, este elemento se presenta en su fisonomía, en sus adornos, en sus colores y maquillajes muchos símbolos que sugieren provienen de manifestaciones en estado de latencia cultural.

El diablo de Píllaro, es un diablo mestizo categorizado entre lo urbano, lo ancestral y su transmisión de sentido carnavalesco, caraterística que lo diferencia de las consecuentes repeticiones en festividades del Ecuador. Es que el diablo de Píllaro fue creado para espantar a los extraños y para evitar que se lleven a las mujeres pillareñas. En un ámbito más artístico, este diablo tiene connotaciones más saturadas a una cromática roja, es decir que en sus variaciones de festividades del Ecuador el rojo no es el color predominante sino tiene alteraciones con negros y colores oscuros.

  1. Análisis de datos

En este punto se analizan algunos datos relevantes de las máscaras de la diablada pillareña. El diablo o demonio como lo expresan algunos autores en las culturas occidentales han construido imágenes y símbolos, los que se han cambiado de acuerdo a las diferentes connotaciones históricas. Sin embargo es necesario tomar en cuenta que el demonio se posicionó en la cultura hispánica en la vida colonial “como mecanismo para ejercer un efectivo control sobre sectores y los comportamientos o formas de ver la realidad, se alejaban de las normas cristianas (Tirado, A & Mora, A, 2019, p, 17-18)

En la época colonial se evidencia la presencia de máscaras con una clara distinción: unas para uso ritual en el mundo indígena andino; y otras, en el espacio de la fiesta de los pueblos mestizos, con notable influencia europea, como se observa en los registros pictóricos de la época. Además, según el análisis simbólic,o estas máscaras denotan características sublimadas como dioses, aves, animales, antecesores muertos y a seres protectores de la humanidad. (Colombres, A, 2005, p, 61-62). Para Carrasco 2017, las máscaras son un elemento relevante en la fiesta popular, participa de la recuperación de mito y del rito; las máscaras no son solo un elemento decorativo, en la fiesta popular adquiere un profundo significado por sus elementos compositivos, morfológicos e históricos, que logran una cohesión de identidad local.

En la pintura y la cromática de las máscaras, su papel es variado, pero se destaca la función de representación de la identidad, que para la memoria colectiva facilita la mediación entre el mundo espiritual, imaginario y mágico con la realidad. Las máscaras en la fiesta popular alcanzan enorme esplendor gracias a su morfología y forma, que se alzan llamativamente entre los espectadores y despertando su admiración; además, su función estética no pasa desapercibida por la memoria colectiva que la interpreta como seres de un gran poder espiritual y cultural. (Espín, 2016).

  1. Creatividad

En la configuración inicial del estudio de las máscaras se agrupa la muestra de 81 de acuerdo a características morfológicas básicas. Se agrupan como máscaras redondas, máscaras alargadas y máscara de mujer. A estos se los subdivide de acuerdo a elementos constitutivos que fueron; 1 cacho, 2 cachos, más de 2 cachos y coronas. Esto permite la experimentación, abstracción y análisis de los elementos visuales.

Figura 1

Clasificación de las máscaras de la diablada pillareña

Nota. Realizado por Soraya Lagua, Daniel Cuji

Para el análisis formal, se plantea el estudio a partir de la descomposición del objeto y la supresión y abstracción de elementos representativos y característicos de las máscaras como los cachos y colmillos, componentes que por su posición y variación de tamaño generan una imagen visual agradable al espectador, de esta manera se identifica que la estructura se vacía y solo parece un rostro grotesco.

Figura 2

Análisis formal constitutivo de las máscaras de la diablada pillareña

Nota. Realizado por Soraya Lagua, Daniel Cuji y Bertha Paredes

 

Como segunda parte, se apartaron las orejas y en algunas máscaras también se elimina el sombrero y corona, estos elementos son parte de la representación de diablo que en muchas ocasiones se utilizan orejas de animales previamente disecadas o realizadas directamente en el proceso de fabricación con papel y engrudo. En composición se evidencia la pérdida de la forma básica y en algunas ocasiones puede parecer un animal, teniendo en cuenta que aparenta la cabeza u osamenta directamente del animal y solo se la pinta y se le agrega detalles.

En la tercera y última parte, se suprimen los detalles que generan los rasgos faciales de la máscara y se observa la pérdida total de la esencia en la representación del diablo y no se identifica de manera clara que puede llegar a ser.

  1. Materiales – Tecnología

Para el apartado de materiales y tecnología se aplica una guía de entrevista de 10 preguntas, las cuales permiten la recolección de datos referentes a la constitución material de las máscaras. Los resultados evidencian por parte del artesano Emilio Pullupaxi, por ejemplo, el proceso de fabricación empieza con la elaboración del molde con yeso; las medidas de estos depende de las personas, si es adulta o niño, se prosigue con el recubrimiento de la horma que se la realiza con diez capas de papel mojado, al que posteriormente se le pasa grandes cantidades de goma blanca y se lo deja secar por tres días.

A continuación, se desprende la máscara seca del molde, se aplica una masilla especial y goma blanca para ponerla a secar nuevamente por dos días más. Prontamente se aplican los cuernos y cachos, que deben estar previamente curados, se ajustan con alambres a las gruesas paredes de la máscara. Después se realiza el decorado de acuerdo al diseño seleccionado, se pinta, se le agregan las orejas de toro y los colmillos, elaborados con los huesos de res. En ocasiones existe la posibilidad de usar directamente la osamenta de los animales, como, toros, vacas, osos entre otros, dependiendo el gusto del danzante. La elaboración de una máscara de diablo, puede tomar dos semanas aproximadamente, dependiendo de los detalles y decoración que se le quiera dar.

Figura 3

Taller de arte y cultura los PIKETEROS, artesano Milton Pullupaxi

 

Nota. Realizado por Soraya Lagua, Daniel Cuji

  1. Experimentación y modelos

En el análisis morfológico individual de la muestra, en primer lugar, se muestra que las máscaras tienen un procedimiento de construcción similar, debido a que el conocimiento de construcción pasa de generación en generación. Las medidas varían de acuerdo a su antigüedad estas van desde 18*12,5 cm hasta los 60* 17,5 dependiendo de las estructuras de ornamentas que se lleguen a utilizar para estilizar cada una de ellas.

El manejo del color evidencia que las máscaras más recientes poseen atributos de color como; saturación, armonía, gamas, valor, pureza, luminosidad y contraste. Es importante mencionar que las máscaras más antiguas son consideradas como reliquias de cada artesano, en cuanto al color este no tiene tanta relevancia constando en ocasiones solo de características como la saturación y contraste. Formalmente se constituyen en máscaras curvas, debido a la estructura ósea de la persona, las dimensiones varían entre pequeñas y grandes, dependiendo incluso de los gustos de cada cliente.

En cuanto a las técnicas visuales estas llegan a variar en el equilibrio de los elementos utilizados, así como en su simetría ya que en algunas de estas máscaras constan de un quiebre en su estructura gráfica. Las osamentas están sobre recargas de elementos como los colmillos, cuernos y orejas de animales, la exageración es notable tanto en la intensidad de los colores como en su estructura ósea como los pómulos, ojos y nariz, incluyendo los cuernos o cachos. Estos últimos diferencian a las máscaras notablemente, debido a la disposición y tamaño generando una representación única. Referente al movimiento son los detalles, así como la audacia al utilizar las osamentas y texturas de forma atrevida y veraz en la secuencia y su movimiento.

Elementos representativos de las máscaras son los cuernos y colmillos; por su tamaño, color, posición y combinación llegan a generar unas relaciones visuales diversas, dándole así su autenticidad y apariencia natural.

Las máscaras de la Diablada pillareña cuentan con variadas estructuras originadas por los artesanos; pero el concepto es claro: representar un mítico diablo reflejado en la estructura y sus componentes. La figura retórica varía entre metáfora y alegoría, ya que en algunas ocasiones se mezcla dos conceptos, como payasos y duendes con los diablos de la diablada pillareña. Los artesanos utilizaron en su mayor expresividad la hipérbole para destacar una característica representativa de estas máscaras con sus marcados tamaños y colores.

  1. Verificación

Para la verificación se realiza un focus group de profesionales en diseño gráfico donde se tratan aspectos de la morfología de las máscaras de la diablada pillareña, su enfoque es visual y simbólico. Su intención es corroborar datos morfológicos a partir de la observación de las máscaras por un focus group de diseñadores gráficos.

 

Figura 4

Focus group

 

Nota. Realizado por Soraya Lagua, Daniel Cuji

Figura 5

Focus group

 

 

Nota. Realizado por Soraya Lagua, Daniel Cuji

El análisis e interpretación de los datos obtenidos evidencia que las máscaras de la diablada pillareña lleva particularidad en cuanto a su formas, simbología, cromática, tipología y construcción, cumpliendo con los aspectos visuales, artísticos y cognitivos de los diseñadores, que según los datos coinciden con la visión de los autores.

  1. Soluciones

En la descripción morfológica se describen como estrategias fundamentales el análisis de la documentación existente respecto al valor simbólico de las máscaras y su contraste con la aplicación de modelos gráficos que permitan la observación, la experimentación, la comparación, la generalización y comprobación gráfica y visual de las máscaras de la diablada pillareña. Su análisis morfológico se destaca en la descripción gráfica en la diversidad de formas, colores y signos que dan sentido al valor simbólico de la misma.

Resultados

Con el modelo de análisis morfológico se analizan aspectos integrales que evidencian contenidos como la elaboración de las máscaras, la técnica de construcción de los artesanos. Su proceso inicialmente utiliza como base el papel periódico para darle forma a la estructura, con la goma blanca se le da rigidez al igual que con los alambres, para unir las ornamentas de los animales se utiliza el yeso para así generar una adecuada posición. En el caso de las medidas, estas llegan a variar según los elementos que se lleguen a utilizar en la estructura, ya que se utiliza osamentas de diferentes animales, con diferentes tamaños y texturas, en algunos casos incluso los cuernos son modificados ya que son adaptados de diferentes formas, cada elemento, color, y disposición ayudan a generar la pieza gráfica de manera personalizada, y cada artesano derrocha toda su creatividad al momento de los detalles.

Figura 6

Modelo de análisis morfológico visual de las máscaras de la diablada pillareña

 

Nota. Realizado por Soraya Lagua, Daniel Cuji, Bertha Paredes.

Los resultados evidencian atributos como la saturación, armonía, gamas, valor, pureza, luminosidad y contraste, dan el valor de pertenencia en la memoria colectiva de la gente; mientras que las estructuras que son reliquia de cada artesano el color no tiene mayor relevancia constando en ocasiones solo de características como saturación y contraste. La forma que constituyen cada una de las máscaras es curva, debido a la estructura ósea del propio cuerpo de la persona, las dimensiones varían entre pequeñas y grandes, dependiendo incluso de los gustos de cada cliente.

Las técnicas visuales llegan a variar en la existencia del equilibrio de los elementos utilizados, así como en su simetría ya que en algunas de estas máscaras constan de un quiebre en su estructura gráfica. La figura retórica varía entre metáfora y alegoría ya que en algunas ocasiones se mezcla dos conceptos, como payasos y duendes con los diablos de la diablada pillareña. Los artesanos utilizaron en su mayor expresividad la hipérbole para destacar una característica representativa de estas máscaras con sus marcados tamaños y colores.

Figura 7

Estructura máscaras de la diablada pillareña

Nota. Realizado por Soraya Lagua, Daniel Cuji

Se debe destacar que gracias al proceso, clasificación, análisis y desglose de las máscaras, se obtiene que en la estructura no se pueden obviar elementos representativos como los cachos y relieves, ya que cada uno de estos por su posición, proporción y combinación hacen que los rasgos faciales se destaquen; se debe tener en cuenta la utilización de la exageración ya que es factor que aporta expresividad a la pieza gráfica. El proceso ancestral de la construcción de las máscaras las dota de valor simbólico y cultural, debido a la creatividad de los artesanos en cada estructura; esto se manifiesta en la variedad de máscaras analizadas, al igual que la estructura base que manejan, como máscaras redondas y alargadas que morfológicamente son diferentes; cada una de estas llegan a transmitir diferentes percepciones mostrando aquí la combinación con criaturas mitológicas como dragones y duendes, se les pretende dar una personalidad, incluso los propios artesanos les llegan a dar un nombres como “ La reina” que es una máscara con detalles evidentes, como las orejas disecadas de vaca y la argolla de la misma, la utilización de los cuernos y su dirección la hacen distinguirse notablemente. A diferencia de las máscaras de producción masiva en los locales centrales de la ciudad, no existe una variedad, elementos como los cachos no se llegan a diferenciar, las proporciones de estas son pequeñas, demostrando limitaciones en su estructura morfológica.

Tabla 2

Descomposición de las máscaras de la diablada pillareña, Ecuador

 

Nota. Realizado por Soraya Lagua, Daniel Cuji

La clasificación de las máscaras ayuda a obtener lineamientos básicos a seguir, que en este caso es la utilización de figuras geométricas como el círculo y rectangulares, siendo elementos básicos que son fáciles de reconocer, generan sensación visual de orden y estabilidad. Las máscaras son feroces por su volumen, esto es gracias a que existe el uso de planos que están ubicados en distintas direcciones y de una manera adecuada, al hablar de la textura de las máscaras estas son percibidas tanto por la vista como por el tacto, llegando a ser lisa, áspera y rugosa. Para los detalles se observa la línea como componente principal, teniendo así la utilización de líneas simples como las rectas, curvas, así como líneas compuestas que son las quebradas onduladas o mixtas. Estas tienen una expresión diferente dependiendo la dirección en que ha sido colocada, aquí tenemos, líneas horizontales que nos generan una sensación de calma, equilibrio y estabilidad, también están las líneas verticales que nos una visualización de crecimiento y como complemento se utilizan las líneas inclinadas que proporciona un dinamismo en la estructura.

Figura 8

Análisis gráfico de las máscaras de la diablada pillareña

 

Nota. Realizado por Soraya Lagua, Daniel Cuji

La festividad se encuentra relacionada con la máscara, llegando esta ligarse directamente con los mitos del origen la de fiesta tradicional; los bailarines que utilizan estas máscaras lo hacen con el fin de traspasar sus problemas, deudas, y todo lo malo, al diablo. De manera que la representación del diablo es sinónimo de liberación; la máscara del diablo los obliga a dejar su timidez, llegan a ser considerados objetos fetichistas por sus características salvajes y grotescas. Las máscaras no son ninguna representación satánica, ni de rebeldía ante la iglesia católica, se trata más bien de un simbolismo cultural, con arte y tradición en su máxima expresión creada por el pueblo y para el pueblo.

Tabla 3

Selección de máscaras de la diablada pillareña, Ecuador

Nota. Realizado por Soraya Lagua, Daniel Cuji.

 

Con la validación realizada a profesionales, se reveló que las máscaras tienen un sentido connotativo; la máscara es una representación figurativa del diablo, es por esto que el abalorio llega a tener múltiples contextos, de manera que la audiencia interpreta el mensaje para poder comprender el contenido del motivo que se quiere transmitir en la festividad. El uso de varios elementos genera una complejidad visual, la presencia de varios componentes hacen que difícil la organización del significado por lo cual las personas en esta fiesta en ocasiones llegan a considerar que es un tributo directo al señor del mal. Siendo la figura de la máscara un símbolo que posee una arbitraria relación con la realidad que representa, se trata de una convención o invención directa de la comunidad. El uso de armonía, con complementos opuestos de colores crean un contraste en las estructuras, así como el manejo de los valores resultan en una estimación algunos elementos como las bocas y pómulos

Figura 9                                                                                   Figura 10

Tabulación de datos de la pregunta 02                                    Tabulación de datos de la pregunta 04

 

Nota. Realizado por Soraya Lagua, Daniel Cuji Nota. Realizado por Soraya Lagua, Daniel Cuji

Discusión

Para el apartado de la discusión se considera un análisis inductivo que inicia con las premisas de la fiesta como una manifestación cultural única en el país. La festividad de la diablada pillareña está rodeada de mitos que han ido de generación en generación, en esta participan diferentes personajes, siendo el más representativo de esta festividad “el diablo”, dando el propio nombre a la fiesta. Para Toapanta y Tituaña (2022) los Diablos en las fiestas populares del Ecuador son muy diferentes y se distinguen por el simbolismo que los pueblos le otorgan dentro de sus celebraciones, como parte de su identidad cultural.

En general, se cree que como personaje, el diablo aparece como una forma de castigo, debido a las transgresiones humanas presentándose como resultado de procesos religiosos, así como cambio de dioses andinos y su cosmovisión (Balseca Romero, C. L.2021). También se menciona que el diablo y su significado varía con la historia llegando a ser un componente de cultos, como una representación de lo maligno y una representación directa del mal (Endara, F. 2021). El diablo es un emblema de rebeldía, los antepasados se apoyaron en el mismo, para no ser esclavos de los colonos de esa época por tal razón este personaje es el fiel reflejo del concepto de libertad. (Paucar Enríquez, C. N.2021)

De esta forma el Diablo de Píllaro asume una propuesta de rebeldía y bravura frente a una opresión colonial. El diablo de Píllaro lleva consigo una máscara expresiva que se crea dentro de la cultura de esta festividad, este personaje en particular no se sostiene bajo un tema concreto, sino que está compuesto por situaciones que se crean en el momento, a diferencia de otras festividades el diablo de Píllaro va creando situaciones dentro de su interpretación y su singularidad en la manera que este actúa (Chanatasig Llumiluisa, E. G. 2022).

El mestizaje que impregna al diablo de Píllaro incluye las formas monstruosas y casi grotescas que, en su fusión con animales, mezclan esa autenticidad que dan al diablo. Este diablo representa el temor, pero también la libertad y la rebeldía. Al igual que Satanás significa adversario, el diablo de Píllaro es un enemigo de todo lo que considera injusto y opresor. (Álvarez Robalino, E. P. 2020).

En el contexto de la manifestación cultural el traje del diablo de la diablada pillareña constituye un recurso folklórico social, que las personas cuando se disfrazan para bailar, danzar siente el deseo de representar esta figura y ser parte activa de esta festividad, donde el colorido, las formas, los detalles son evidentes en toda la trayectoria (Reinoso Velasco, J. J.2019). Los diablos son representantes de la comunidad pillareña, identifican su historia y creencias, se ven reflejados a través de ellos, generando así su orgullo por representarlos mediante sus trajes y danzas cada año; llegan a formar una sola identidad entre humano y diablo, gracias a las peculiares máscaras que utilizan, estas denotan terror, por su poder reflejado en los rasgos, colores y su composición, siendo cada una de estas diferentes una de otras.

La diferencia que existe entre algunas máscaras dependen del lugar, cultura y el tiempo en que se lo analice, Las máscaras están hechas para ser preservadas por décadas, saliendo a exhibirlas, lucirlas y ostentar todo el derroche de sus formas peculiares y sus colores, siendo estas algunas de las razones principales de su existencia (Quezada Ortega, J. R.2016). Se tiene una gran diferencia simbólica y significativa comparada con las máscaras de la Diablada de Perú, estas son adornadas con oro y plata de las que surgen colmillos y cuernos en forma de culebras, formando una estructura estilizada (Morales Tovar, F. J.2019)Tenemos por otro lado las máscaras de la diablada de Bolivia , donde el diablo usa un atuendo multicolor bordado con hilos dorados, compuesta por elementos que sobresalen de estas cuyos ojos son saltones y contando con su lengua hacia afuera (Dawidiuk, C. L., & Vogel, C.2020)

Algunas de las máscaras representativas de la diablada pillareña cuentan con dientes de saíno, chancho, caballo, perro, mandíbula, así como cachos de carnero, chivo y toro, estos siendo conseguidos sin mayor precio en distintos canales (Maiquiza Saquinga, W. J.2014). En la diablada pillareña se ha llegado a encontrar máscaras únicas y que sobresalen de las tradicionales, caracterizadas por su modificación, incursionando desde un impulso de los artesanos, se evidencia elementos como erecciones del diablo, el mismo que nos obliga a interpretar de una manera diferente la imagen del diablo, y vuelve visible el detonante vulgar del personaje, así como el consumo de licor y lo viril, pagano y perverso del diablo (Quezada Ortega, J. R.2016).

En relación al significado y su asociación con la gráfica, el color rojo es el que predomina como cromática pregnante, no solo de la festividad sino de todos los elementos que en esta constituye. (Mocková, N. 2020) el color rojo es un color con un gran número de connotaciones, que forma parte de un fraseologismo español como el prehispánico, que en sus traducciones más comunes a este color se lo asocia frecuentemente con la rabia y la ira, siendo así un elemento predominante en culturas y festividades indígenas.

El color negro en las caretas y el traje también tiene una importancia considerable ya que tiene que ver con el temor a los sicarios negros, que utilizaban los dueños de los obrajes. Otro motivo refleja el color del fuego puede ser, que hace referencia a la oscuridad, donde se cree que se encuentra el ser de la noche. Olivo Zurita, D. G. (2020) El color verde que generalmente se usa más en la coronilla y como parte de las caretas es utilizado debido a que forma parte de la bandera del cantón Píllaro, el cual representa la riqueza que posee ya que esto se refleja en su agricultura y la conexión que los pillareños tiene con la tierra y los frutos que esta brinda mismo, los pillareños son muy patriotas y por ello estos colores (Olivo Zurita, D. G, 2020)

Todos los elementos constructivos como formas y símbolos van inmersos en una identidad cultural que hace esencia de su entorno y raíces. La máscara es un conjunto de estructuras completas, los elementos que componen su estructura formal se relacionan entre sí limpiamente, tanto el espacio formal como el vacío morfológico, sus líneas corrugadas y bruscas dan un lenguaje plástico en torno a una forma rítmica. (Revilla Carrasco, A. 2022).

Conclusiones

El estudio morfológico se considera como un sistema de elementos constitutivos de un todo, en el cual se incluye el estudio de la visualidad, la significación y simbolismo y las relaciones que se establecen desde la lógica formal y toda la materialidad con respecto al objeto de estudio.

Las máscaras de la diablada pillareña son únicas en las categorías taxonómicas y morfológicas, estas evidencian características cromáticas, eidéticas y topológicas únicas en su esencia. La construcción del conocimiento sobre su organización implica establecer una clasificación de sus partes y una explicación sobre los principios que rigen el rol, tamaño, proporción y ubicación de cada elemento.

La diablada pillareña y su trayectoria histórica demuestran su inherente valor simbólico e insurgente, parte de su identidad cultural construida y conservada hasta la actualidad.

Simbólicamente el diablo pillareño es un personaje aterrador cuyo rol guardián lo cataloga como símbolo de rebeldía y libertad.

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