Impacto de los juegos tradicionales en el desarrollo de nociones espaciales en niños de cuatro años

Impact of traditional games on the development of spatial notions in children aged four years

Elizabeth Chela Agualongo

https://orcid.org/0009-0005-4472-3213

Maestría de Educación Inicial, Universidad Estatal de Bolívar, Guaranda, Ecuador

Dora Marcela Lliguisupa Pastor

https://orcid.org/0000-0001-5808-6490

​​Universidad Estatal de Bolívar, Guaranda, Ecuador

*azile.chela1986@gmail.com

Recibido: 11 de diciembre de 2024 Aceptado: 30 de enero de 2025 Publicado: 31 de enero de 2025

Resumen

Este artículo de revisión analiza el impacto de los juegos tradicionales en el desarrollo de las nociones espaciales en niños de cuatro años, destacando su importancia en el desarrollo cognitivo, social y motriz. El objetivo de la investigación es revelar la forma en que estas actividades lúdicas abren oportunidades para comprender conceptos de orientación, distancia y dirección, que luego se convertirán en aspectos esenciales para el razonamiento lógico y el éxito académico en disciplinas como las matemáticas y las ciencias. La investigación sostiene que los juegos tradicionales como: la rayuela, escondite, rondas etc., permiten que los niños exploren su entorno en movimiento, como también promueven habilidades de organización del espacio, la autonomía y la responsabilidad, a lo largo del artículo, se desarrollan tres líneas principales: la relación entre el juego y el desarrollo cognitivo infantil con énfasis en la teoría de Piaget; la conexión entre las nociones espaciales y el rendimiento académico y la necesidad de incorporar los juegos tradicionales en los programas educativos basándose en estudios relacionados al tema. Las conclusiones revelan que los juegos tradicionales trascienden la función recreativa, sino que constituyen una herramienta pedagógica efectiva para potenciar el desarrollo integral de los niños, además, mejoran su capacidad motriz, cognitiva, social y lingüística, mientras fortalecen su conciencia espacial, con un impacto positivo en su desempeño académico y desarrollo a largo plazo.

Palabras clave: Desarrollo cognitivo, desarrollo integral, juegos tradicionales, nociones espaciales, primera infancia.

Abstract

This article analyzes the impact of traditional games on the development of spatial notions in four-year-old children, highlighting their importance in cognitive, social and motor development. The aim of the research is to reveal the way in which these playful activities open opportunities to understand concepts of orientation, distance and direction, which will later become essential aspects for logical reasoning and academic success in disciplines such as mathematics and science. The research argues that traditional games such as hopscotch, hide-and-seek, rounds, etc., allow children to explore their environment in motion, as well as promote spatial organization skills, autonomy and responsibility. Throughout the article, three main lines are developed: the relationship between play and children's cognitive development with emphasis on Piaget's theory; the connection between spatial notions and academic performance and the need to incorporate traditional games into educational programs based on studies related to the subject. The findings reveal that traditional games transcend the recreational function, but rather constitute an effective pedagogical tool to enhance the comprehensive development of children, in addition, they improve their motor, cognitive, social and linguistic abilities, while strengthening their spatial awareness, with a positive impact on their academic performance and long-term development.

Keywords

Cognitive development, comprehensive development, early childhood, traditional games, spatial notions.

Introducción

El desarrollo infantil es un proceso complejo que implica la interacción de diversos dominios del conocimiento, de los cuales la adquisición de la noción espacial se sitúa en una capacidad elemental debido a su relación con las actividades cotidianas, el aprendizaje y la evolución motriz; la habilidad de comprender y organizar el espacio, la distancia, la dirección, la ubicación y la relación entre objetos, juegan un papel esencial en el progreso de la maduración cognitiva de los niños, y las habilidades para interactuar de manera efectiva con el entorno que les rodea. (Vilcanqui & Zevallos, 2022)

En este contexto, los juegos tradicionales representan una herramienta lúdica de gran valor para el perfeccionamiento de la conciencia espacial, al requerir el desplazamiento físico y la manipulación de objetos, estas actividades ofrecen a los niños una experiencia tangible para explorar y asimilar conceptos de ubicación de espacio y tiempo (arriba, abajo, cerca lejos, izquierda, derecha, ahora, después etc.), Por tanto, este artículo de revisión busca abordar esta brecha, analizando cómo los juegos tradicionales pueden influir de manera significativa en el desarrollo de la noción espacial en niños de cuatro años, los cuales son una parte básica de su vida diaria (Rodríguez et al., 2022).

La motricidad desarrollada en los primeros años es fundamental para el avance integral, y los juegos tradicionales aportan un entorno ideal para estimular esta capacidad de manera natural y efectiva (Pimentel, 2021). Por ello, esta investigación considera la perspectiva de Piaget y Vygotsky, en la que ambos coinciden en que el juego, individualizado o social, no solo promueve el aprendizaje, sino también estimula la exploración activa del entorno, potenciando el desarrollo de habilidades espaciales, cognitivas y sociales, en consecuencia, se puede exhibir que los juegos tradicionales han demostrado ser efectivos en el fortalecimiento de habilidades motoras.

La relación entre el juego y el desarrollo cognitivo

Jean Piaget, psicólogo suizo reconocido por sus contribuciones al estudio de la infancia, dedicó gran parte de su carrera académica a investigar el desarrollo cognitivo. Según Piaget, este proceso se define como "una reorganización progresiva de los procesos mentales que resultan de la maduración biológica y la experiencia ambiental". En esta línea, planteó que el pensamiento infantil no es estático, sino que evoluciona y se vuelve más complejo a medida que los niños interactúan con su entorno y maduran biológicamente. La primera infancia, caracterizada por la estimulación de la inteligencia mediante la exploración activa, constituye una etapa central en sus estudios. (García & Barragán, 2020)

Piaget identificó que, a los 4 años, los niños atraviesan la etapa preoperacional del desarrollo cognitivo. Durante esta fase, se observa un avance significativo en la percepción espacial, lo que les permite comprender relaciones entre objetos, como su posición relativa. No obstante, su razonamiento sigue siendo egocéntrico, dificultando la adopción de perspectivas diferentes a la propia, a pesar de esta limitación, los niños comienzan a desarrollar el pensamiento simbólico, representando objetos o situaciones a través de palabras e imágenes, lo que fomenta el juego imaginativo y creativo (Rivas-Pita, 2023).

El autor conceptualizó el juego como un componente esencial en el aprendizaje y el desarrollo cognitivo infantil. Durante la etapa preoperacional (de los 2 a los 7 años), el juego adquiere una relevancia particular, permite representar roles y escenarios, favoreciendo la adquisición de habilidades cognitivas más complejas relacionadas con el espacio y las referencias entre objetos, además, los niños transforman objetos y contextos, desarrollando habilidades creativas y de organización espacial, el juego también ofrece la resolución de problemas, al permitirles ensayar alternativas y fomentar el desarrollo mentales relacionados con conceptos como orientación, distancia y dirección (Herrera-Occ., 2023)

Por su parte, Lev Vygotsky, otro destacado teórico del desarrollo, definió el juego como una actividad esencialmente social, en contraste con el enfoque más individualista de Piaget. Según Vygotsky, el juego no solo fomenta el desarrollo cognitivo, sino que también permite a los niños aprender a colaborar, comunicarse efectivamente y resolver problemas en un contexto social; a través del juego, los niños practican habilidades como la negociación, el establecimiento de reglas y la toma de decisiones compartidas, lo que resulta obligatorio para su desarrollo socioemocional. (Alonso, 2021)

Uno de los conceptos centrales en la teoría de Vygotsky es la "zona de desarrollo próximo" (ZDP), definida como la distancia entre lo que un niño puede hacer de manera independiente y lo que puede lograr con la orientación de un adulto o un compañero más experimentado. El juego, especialmente en contextos colaborativos, se convierte en un escenario ideal para activar esta zona, ya que permite a los niños enfrentarse a desafíos que, si bien son inicialmente complejos, pueden resolverse con apoyo; esto no solo mejora sus habilidades cognitivas, sino que también fomenta el aprendizaje social y emocional. (Unir, 2020)

Espinoza (2023) destaca la importancia de una pedagogía centrada en el juego, resaltando su capacidad para fomentar el proceso cognitivo, emocional, social y físico de los niños. Subraya el rol indiscutible de los docentes y educadores en la creación de ambientes lúdicos que promuevan un aprendizaje integral, proponiendo juegos tradicionales como los rompecabezas, la rayuela o el escondite que son efectivos, ya que brindan a los niños la oportunidad de explorar, experimentar y aprender de manera natural, estas dinámicas no solo contribuyen a disminuir el egocentrismo infantil, sino que también, amplían su comprensión del entorno social y físico (págs. 7-18).

En este contexto, Barona (2022) manifiesta que, los centros educativos "posibilitan el desarrollo de los niños en un ambiente armonioso, encontrando placer y satisfacción". Por tal razón la educación, concebida como un proceso continuo y multidimensional, se enriquece tanto de los entornos formales de los centros educativos como de las experiencias cotidianas de los niños. Las teorías de Piaget y Vygotsky combinadas con prácticas pedagógicas efectivas y el valor del juego en la primera infancia, enfatizan la necesidad de enfoques integrales que impulsen el perfeccionamiento cognitivo, social y emocional de los infantes.

La conexión entre las nociones espaciales y el rendimiento académico

El desarrollo de nociones espaciales comienza cuando los niños manipulan y exploran objetos a través del tacto, activando habilidades psicomotrices esenciales. Esta interacción les permite distinguir propiedades sensoriales como texturas, formas, dimensiones y pesos. Rivas (2023), sostiene la importancia de abordar el desarrollo motor desde la educación inicial, reconociendo el juego como un componente fundamental en este proceso (p. 1115).

Estas nociones implican conceptos clave como:

Orientación: La habilidad de situarse en el espacio y ubicar la posición propia o de objetos tomando puntos de referencia específicos.

Distancia: La percepción de la separación entre dos objetos.

Dirección: La capacidad de identificar el sentido de los movimientos de los objetos en relación con un punto de referencia (izquierda, derecha, adelante, atrás).

Relaciones espaciales: Entender cómo los objetos se relacionan entre sí en términos de posición y organización, como "arriba", "abajo" o "al lado de".

Delgado (2023) explica que los sistemas de referencia, necesario para la cognición espacial, no son innatos, sino que se desarrollan progresivamente a lo largo del crecimiento, este vínculo entre las nociones espaciales y el desarrollo cognitivo refuerza su importancia en la comprensión de conceptos matemáticos y geométricos, esenciales para la planificación y la estrategia. Como señala Sánchez (2023), “los niños podrán relacionar su cuerpo con los objetos y el entorno, comprendiendo la posición de un cuerpo en el espacio y las relaciones espaciales” (p. 49).

Desde este punto de vista las nociones espaciales desempeñan un papel fundamental en el rendimiento académico, particularmente en áreas como matemáticas, ciencias y las relacionadas con la resolución de problemas, porque ellas permiten que los estudiantes visualicen, manipulen y organicen objetos o ideas abstractas, facilitando la comprensión de conceptos geométricos, proporciones y relaciones espaciales complejas, la adquisición de estas destrezas en la infancia está estrechamente ligadas al progreso de las habilidades motoras. Estas acciones no solo requieren del dominio de la movilidad corporal, sino también de la táctica para percibir y ajustar los movimientos dentro del entorno.

Por otro lado, las habilidades motoras finas, como escribir o dibujar, demandan un conocimiento espacial mucho más detallado, además, de una coordinación adecuada para realizar movimientos precisos. El desarrollo de ambas habilidades motoras, tanto gruesas como finas, son axiomáticas para el éxito académico de los estudiantes, ya que influyen en su capacidad para llevar a cabo tareas de forma efectiva, como también el fomento de competencias adicionales como la toma de decisiones y la creatividad. Estos procesos cognitivos permiten que los niños anticipen posibles problemas, generen soluciones innovadoras y, se desenvuelvan de manera eficaz en el día a día. (Lozada & Calderón, 2021)

En este sentido, el pensamiento espacial adquiere un papel de gran notabilidad en la adquisición de habilidades espaciales y por qué no en las matemáticas, como lo resalta Párraga (2020) en su investigación sobre estudiantes de octavo año de Educación General Básica del Rotary Club Machala Moderno. Este estudio destaca la relevancia de fomentar el pensamiento espacial desde una edad temprana, debido a que facilita la interpretación y resolución de problemas matemáticos de manera más efectiva. El autor sugiere que incorporar enfoques didácticos que estimulen activamente el pensamiento espacial en el aula sería una estrategia eficaz para mejorar el desempeño académico de los estudiantes.

Pues el fortalecimiento de las nociones espaciales mediante actividades lúdicas y pedagógicas, tales como los juegos tradicionales, la construcción de rompecabezas o el uso de bloques, no solo facilita el aprendizaje, sino que también potencia la autoconfianza y la creatividad de los estudiantes. Estos aspectos son necesarios para su éxito en el ámbito educativo, ya que les permiten enfrentar nuevos desafíos con mayor seguridad promoviendo una mejor capacidad para resolver problemas y tomar decisiones en diferentes contextos de la vida escolar y cotidiana. (Manrique, 2020)

La necesidad de incorporar los juegos tradicionales en los programas educativos

Los juegos tradicionales, también llamados juegos populares o clásicos, son actividades que reflejan la cultura de una comunidad o nación; a pesar del paso del tiempo, estos juegos continúan siendo practicados y transmitidos de generación en generación, desde los abuelos hasta los padres y de los padres a los hijos. Aunque pueden experimentar algunos cambios de nombre por la ubicación geográfica, logran conservar su esencia original (Garcia-Ramirez, 2022).

Los juegos tradicionales habitualmente implican actividades que requieren movilidad motriz, coordinación y equilibrio, movimientos que favorecen el desarrollo de habilidades motrices básicas como saltar, correr o caminar de la misma forma van comprendiendo la orientación espacial, reconociendo distancias, la capacidad para reconocer la dirección, y las relaciones espaciales entre sí mismo y los objetos, además, de fomentar la interacción entre los jugadores, a través de reglas simples, lo que facilita su ejecución, la mayoría se llevan a cabo en espacios libres. (Ormazábal y otros, 2024)

Características de los juegos tradicionales

La relevancia cultural de los juegos tradicionales ha llevado a su inclusión en los sistemas educativos como herramientas pedagógicas y didácticas con fines múltiples. Por un lado, ayudan a preservar el conocimiento de las tradiciones de los pueblos originarios, y por otro, sirven como una valiosa estrategia para mejorar las habilidades motrices de los estudiantes, al mismo tiempo que promueven valores como la solidaridad, el compañerismo y el respeto (Garcia-Ramirez, 2022).

En el Ecuador, los juegos tradicionales poseen un valor cultural significativo, ya que están profundamente vinculados con la historia del país y con los contextos sociales, transmitiéndose de una generación a otra, a pesar de algunas modificaciones, estos juegos mantienen su esencia recreativa y lúdica. Convirtiéndose en un medio fundamental para la transmisión y conservación de diversas expresiones culturales y valores propios de la cultura popular, los cuales influyen positivamente en la interacción social entre individuos de distintas generaciones (Gómez, 2025).

Los juegos tradicionales más conocidos para la edad niños de preescolar:

El Escondite: Este juego es muy fácil, también es uno de los más favoritos de todos niños. En él, uno de los participantes contará un número con los ojos cerrados, mientras todos los demás buscan un lugar donde esconderse.

Las Sillas: Normalmente este juego se utiliza en las fiestas de cumpleaños o algunos eventos similares donde podrán asistir muchas personas. El juego es sencillo, se requiere prácticamente de 5 sillas y 6 participantes donde de acuerdo al compás de la música ellos darán vuelta alrededor de la silla, una vez que la canción pare todos los participantes se sentarán y solo un quedara fuera de juego (se queda sin silla) y así sucesivamente hasta que solo quede un solo ganador sentado en la silla; este juego ayuda al rendimiento físico de los niños.

Carrera de Sacos: El juego se juegan el grupo donde cada niño participara individualmente. Este juego es muy beneficioso para el bienestar de la salud, donde incluye el ejercicio de manera fácil y divertidas.

Tumba Latas: La acción consiste en lanzar objetos contra cajas dispuestas en forma de pirámide, pero no más allá de la marca establecida. - Cada jugador tendrá 3 intentos de lanzar las cajas para derribarlas. Luego se reorganizan para el turno del siguiente jugador.

¿Lobo como estas?: Los participantes cantan en círculo y hacen preguntas al "lobo" en el medio. "Lobo" responde hasta quedar completamente claro. El juego continúa hasta que el lobo toma las llaves de su casa y busca a los niños jugando.

La Gallinita Ciega: La gallinita (el niño) dio tres vueltas antes de buscarlo. No sabía dónde estaba, así que solo escuchó la voz de su compañero y comenzó a buscar. La 'gallina' intentó agarrar a uno de los participantes, que podía moverse, pero no pudo soltarlo.

Las Estatuas: Mientras el profesor toca música, los participantes se mueven por la sala al ritmo de la música. Cuando la música se detiene, todos los participantes forman una estatua y se quedan quietos hasta que escuchan la música nuevamente.

Teléfono Malogrado: Susurre el mensaje al oído del niño y pídale que se lo pase al niño que está a su lado. El mensaje debe transmitirse de niño a niño y compárelo con lo que le dijo al último niño.

Dentro y fuera. Se recomienda practicar estos conceptos primero interna y externamente, Relación con tu cuerpo, y luego relación con pequeños objetos. Los niños pueden jugar juegos de bricolaje. Coloque la caja de cartón dentro e identifique las partes del cuerpo que hay dentro, por ejemplo: Corazón o estómago. También pueden identificarse Mercancías fuera de la caja. Luego pueden aplicar estos conceptos a objetos pequeños. Colóquelos en una caja o bolsa para que sepan Elementos que no están en su espacio físico inmediato. (Lopez, 2020)

Estudios realizados en diferentes instituciones educativas

El estudio realizado por Acuña y Gutierrez (2022) en niños y niñas de 4 años de la Institución Educativa Inicial N° 744 Garbanzo Pucro - Huancavelica, evidenció como los juegos tradicionales influencian en el desarrollo de las nociones espaciales. El estudio realizado por Olinda Acuña y Mónica Gutiérrez halló que:

Antes de la aplicación de los juegos, los resultados obtenidos del pre-test aplicado a los niños reflejaron los siguientes niveles de desarrollo en relación con las nociones espaciales: el 93,8% (15 niños) se encontraba en el nivel de inicio, el 6,3% (1 niño) en el nivel de proceso, y ninguno alcanzaba el nivel de logro (0%). Sin embargo, después de la aplicación de los juegos tradicionales, se observó que el 100% (16 niños) de los participantes alcanzaron el nivel de logro en el desarrollo de las nociones espaciales. Este avance se reflejó en todas las dimensiones evaluadas, como orientación, situación, tamaño y dirección, con un 100% de los niños logrando alcanzar el nivel de logro en cada una de ellas (2018, p. 88).

Este análisis confirma que los juegos tradicionales no deben ser considerados simplemente como una forma de entretenimiento sin valor pedagógico. Al contrario, deben ser reconocidos como herramientas pedagógicas valiosas que pueden utilizarse para promover el desarrollo integral de los niños. Los juegos tradicionales, debido a su conexión con el entorno en el que los niños han sido socializados, representan recursos accesibles y cercanos a su realidad, lo que facilita su adaptación y asimilación, estas actividades, al ser inherentes al contexto cultural y social de los niños, tienen el potencial de fortalecer tanto sus habilidades cognitivas como emocionales.

Además, la practicidad de los juegos tradicionales les permite implementar de manera sencilla y efectiva en el ámbito educativo, sin la necesidad de recursos costosos o tecnológicos. Los estudios existentes respaldan su uso, mostrando que, cuando se emplean adecuadamente, los juegos tradicionales producen resultados altamente satisfactorios en términos de desarrollo cognitivo, motor, social y emocional de los niños. Así, es fundamental que los educadores reconozcan el valor de estas actividades y las incorporen de manera estratégica en su práctica docente, para aprovechar todo su potencial en el crecimiento y aprendizaje de los niños. (Ardila, 2022)

En otra investigación de la tesis denominada: Juegos tradicionales como estrategia para mejorar las nociones espaciales en niños de cuatro años de la Institución Educativa Privada "Prime School" Sechura, 2024 del autor: Ramirez Giuliana (2025), obtiene los siguientes resultados de comparación entre el pre-test y post-test aplicado para determinar el desarrollo del juego tradicional para estimular las nociones espaciales:

Tabla 1

Población de estudio

Institución educativa

Ugel

Edades

Hombres

Mujeres

Total

Institución Educativa Privada “Prime School”

Sechura

4 años

9

11

20

Total

        

20

Fuente: Nómina de matrícula IEP 2024

Elaborado por: Ramirez Giuliana.

Tabla 2

Nivel de nociones espaciales de acuerdo al pre test

Calificación

Frecuencia

%

Logro destacado

0

0%

Logro esperado

2

10%

Proceso

14

70%

Inicio

4

20%

Total

20

100.00%

Fuente: Nómina de matrícula IEP 2024

Elaborado por: Ramirez Giuliana

Tabla 3

Nivel de nociones espaciales de acuerdo al post test

Calificación

Frecuencia

%

Logro destacado

10

50%

Logro esperado

10

50%

Proceso

0

0%

Inicio

0

0%

Total

20

100.00%

Fuente: Nómina de matrícula IEP 2024

Elaborado por: Ramirez Giuliana

 

Figura 1

Resultado de comparación de los resultados del pre test y pos test en el desarrollo del juego tradicional para estimular las nociones espaciales

Fuente: Nómina de matrícula IEP 2024

Elaborado por: Ramirez Giuliana

El estudio evaluó el nivel de desarrollo de las nociones espaciales en niños de cuatro años de la Institución Educativa Privada "Prime School"-Sechura, antes y después de aplicar talleres basados en juegos tradicionales. En el pretest, se identificó que el 20% de los niños estaban en el nivel inicial, el 70% en el nivel de proceso y solo el 10% alcanzó el nivel de logro esperado, evidenciando dificultades en conceptos como orientación, situación y movimiento.

Tras la implementación de 10 talleres de juegos tradicionales, los resultados mejoraron notablemente. Al final del proceso, el 50% de los niños alcanzaron el nivel de logro destacado, y el otro 50% consiguieron el logro esperado, lo que demuestra que los juegos tradicionales son una estrategia pedagógica eficaz para potenciar las nociones espaciales. Este método no solo permitió superar las dificultades iniciales, sino que también contribuyó al desarrollo integral de los niños, resaltando el valor educativo de los juegos tradicionales (Ramirez Jimenez, 2024).

Por lo expuesto anteriormente es necesario la incorporación de los juegos tradicionales en los programas educativos por las múltiples razones que se han expuesto. En primer lugar, estos juegos promueven tanto habilidades motoras como cognitivas, necesarias para el aprendizaje espacial. Actividades como saltar, correr o desplazarse ayudan a los niños a adquirir mayor control sobre su cuerpo, mientras comprenden conceptos como dirección, orientación y ubicación. (Navas & Castro, 2023)

Además, los juegos tradicionales fortalecen la comprensión del entorno físico, ya que permiten a los niños interactuar con el espacio que los rodea, a través de estas actividades, los pequeños exploran nociones espaciales como arriba, abajo, adelante, atrás, cerca o lejos, favoreciendo su desarrollo cognitivo. También, estos juegos enriquecen el aprendizaje desde una perspectiva cultural y social, ya que representan una herencia transmitida de generación en generación. Su práctica no solo conecta a los niños con su historia y cultura, sino que también fomenta valores como el sentido de pertenencia y la apreciación por sus raíces. (Bernal & Cali, 2023)

Por otro lado, los juegos tradicionales, al ser actividades grupales, promueven la interacción social. Esto permite a los niños desarrollar habilidades de trabajo en equipo, cooperación y respeto por las reglas, al mismo tiempo, estas dinámicas favorecen la comunicación efectiva, valores como la solidaridad y el respeto, y fortalecen la confianza en sí mismos al enfrentarse a desafíos en un entorno lúdico. Otra razón es su carácter práctico y efectivo como estrategia pedagógica, estas actividades son accesibles, económicas y fáciles de aplicar en cualquier contexto educativo, sin necesidad de recursos tecnológicos complejos. Su flexibilidad permite adaptarlos a diferentes realidades. (Macas & Rivera, 2023)

Conclusiones

Los juegos tradicionales representan una estrategia pedagógica esencial para el desarrollo integral de los niños de cuatro años, trascendiendo su carácter recreativo, estas actividades no solo promueven el aprendizaje significativo, sino que también fortalecen aspectos como las habilidades cognitivas, motrices, sociales y lingüísticas; En particular, el desarrollo de las nociones espaciales como: la ubicación en el espacio en referencia de su propio cuerpo y de demás personas y objetos, reconocer las distancia entre cuerpos (cerca de, lejos de) y dirección (izquierda, derecha), nociones que juega un papel importante en la comprensión de conceptos básicos necesarios para el razonamiento lógico.

Poseen un impacto positivo estimulando la creatividad, la resolución de problemas y el pensamiento crítico, elementos esenciales para enfrentar los desafíos del aprendizaje formal. Desde una perspectiva cultural, los juegos tradicionales preservan y transmiten valores históricos y sociales, fortaleciendo la identidad y el sentido de pertenencia de los niños. Por tanto, la implementación en los programas educativos es altamente necesario, porque es económicos y adaptable, lo que los convierte en una herramienta mudable para diversas realidades escolares, los juegos tradicionales no solo enriquecen la educación, sino que también contribuyen al desarrollo integral y al éxito académico a largo plazo.

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