Si bien Freire (2019) señala que
los efectos de rendición de cuentas de la
modernización de la administración pública
conducen a la confianza de la gente más
tarde, también señala que la agenda política se
apropia al frente de todo para las necesidades
modernas de las autoridades.
Por su parte, varios autores de la región
afirman que existe la creencia de que la GPR
es efectiva para dominar las políticas estatales
de cambio y modernización, sin embargo,
existe resistencia entre los actores estatales
frente a las metas de cambio y actualización
del conocimiento, la empatía, la asistencia, la
iniciativa, etc. Asimismo, el estado moderno
requiere de grandes cambios organizacionales
y de redistribución de su poder político y
funcional, y también establecer reglas claras
que deben administrar a sus trabajadores en el
sector público para desempeñarse mejor y así
contribuir a cambiar la vida de la población,
permitiendo una relación más armoniosa entre
el estado y sus ciudadanos.
En concordancia con lo anteriormente
expuesto, la GPR en América Latina
constituye una estrategia que se basa en un
enfoque integrado de la gestión de proyectos
y programas, incluido el diagnóstico o
planificación, diseño, implementación,
seguimiento y evaluación. Al aplicar este
enfoque, todos los actores que directa o
indirectamente contribuyan al logro del
conjunto de resultados deben asegurarse
de que sus procesos, productos y servicios
contribuyan al logro de los resultados
previstos.
En este sentido, la GPR enfrenta el
desafío de cambio institucional que vincula
el proceso gobernante o alta gerencia con el
usuario final (cliente). Es decir, la persona
responsable de tomar las decisiones frente
al usuario afectado por esas decisiones. Es
importante manifestar y destacar, además, que
permite analizar el sector público de manera
integrada, debido a que toma en cuenta todo el
ciclo de la gestión por resultados (diagnóstico,
diseño, implementación, seguimiento y
evaluación) y la interacción de los distintos
elementos que contribuyen a generar un valor
agregado en la administración pública.
En el caso ecuatoriano, se ha avanzado
en forma sostenida en los temas de presupuesto
por resultados, aplicada y administrada por el
Ministerio de Economía y Finanzas; desarrollo
de sistemas nacionales de inversión pública,
aplicada y administrada por PLANIFICA
ECUADOR, el Sistema Nacional de Compras
Públicas, liderado por el Servicio Nacional de
Compras Públicas (SERCOP); y, las reformas
a los sistemas de impuestos internos, lideradas
por el Servicio de Rentas Internas (SRI); sin
embargo, los esfuerzos para desarrollar un
sector público más eficiente son escasos
y fragmentados e incluyen sistemas de
administración pública de alto nivel; sistema
de seguimiento y evaluación.
Es así que la gestión por resultados
centra su interés en la manera en que la
administración pública se alinea para obtener
los resultados que el gobierno se ha planteado,
evitando un aislamiento que, como ya quedó