INTRODUCCIÓN
La
clase invertida, conocida también como flipped classroom, es un enfoque
pedagógico que ha ganado reconocimiento en los últimos años y se muestra
especialmente relevante en la educación inicial. Este enfoque implica invertir
el tiempo de instrucción en el aula y el tiempo de estudio individual fuera de
ella (Bravo-Acosta y García-Vera, 2020).
En
la clase invertida, los estudiantes acceden a materiales educativos antes de la
clase, como videos, lecturas o actividades interactivas, que les permiten
familiarizarse con los conceptos antes de la sesión en el aula (Cao et al., 2021). Durante el tiempo de clase, los niños participan
en actividades prácticas y colaborativas, bajo la guía del docente, fomentando
así la participación activa, el trabajo en equipo y el pensamiento crítico (Dong et al., 2021).
En
la educación inicial, la clase invertida es relevante debido a su capacidad de
adaptarse a las necesidades y características específicas de los niños pequeños (Lawter y Garnjost, 2021). Permite un aprendizaje más activo,
donde los estudiantes pueden explorar y descubrir conceptos de manera
interactiva (Paez-Quinde et al., 2022). Además, brinda
la oportunidad de adaptar el aprendizaje a cada estudiante, avanzando a su
propio ritmo y reforzando los conceptos en el aula (Palazón-Herrera y Soria-Vílchez, 2021).
También
promueve el desarrollo de habilidades socioemocionales a través de la
colaboración y la comunicación entre los estudiantes (Ruiz-Jiménez M. et al., 2022). El uso de recursos multimedia
en la clase invertida enriquece la experiencia educativa al captar la atención
de los niños y facilitar la comprensión de los conceptos (Sánchez-Compaña y Sánchez-Cruzado, 2019).
(Blasco-Serrano et al., 2022) y (Romero et al., 2021) comparten el criterio que la clase
invertida en la educación inicial ofrece un enfoque pedagógico dinámico y
centrado en el estudiante, porque desarrolla habilidades socioemocionales a
partir del uso de recursos multimedia para enriquecer la experiencia educativa
en edades tempranas.
La
educación inicial se refiere a la educación de los niños en sus primeros años
de vida, desde el nacimiento hasta los seis años. Durante este período crucial,
se busca sentar las bases para el desarrollo cognitivo, socioemocional, físico y
volitivo de los niños. Sin embargo, los métodos de enseñanza tradicionales en
la educación inicial enfrentan diversos desafíos (Maya et al., 2021).
Los
métodos de enseñanza tradicionales a menudo son pasivos, donde los niños son
receptores, silenciosos de información impartida por los docentes. Esto limita
su participación activa y su exploración, lo que puede disminuir su interés y
entusiasmo por aprender (Soriano et al., 2022).
Además,
las aulas tradicionales suelen seguir una estructura rutinaria, lo que
dificulta la adaptación a las necesidades y ritmos de aprendizaje individuales
de los niños (González y Huerta, 2021). Esto puede
obstaculizar la atención personalizada y la atención a los intereses y
habilidades únicas de cada niño.
La
falta de interacción y colaboración entre los niños también es un desafío en
los métodos tradicionales. Esto afecta el desarrollo de habilidades sociales y
emocionales, así como la capacidad de trabajar en equipo y resolver problemas
juntos (Cid et al., 2022) .
Otro
desafío es la falta de personalización en los métodos tradicionales, ya que no
abordan las necesidades y estilos de aprendizaje individuales de los niños.
Esto puede resultar en que algunos niños se rezaguen o se aburran, mientras que
otros no se sientan atendidos adecuadamente (Blasco y Lacruz, 2022).
En
cuanto a la evaluación, los métodos tradicionales se centran en pruebas
estandarizadas o evaluaciones cualitativas que no refleja de manera integral el
progreso y las habilidades de los niños en áreas más amplias de desarrollo (Rox y Rodríguez, 2021).
En
respuesta a estos desafíos, han surgido enfoques pedagógicos innovadores, como
la clase invertida, que buscan promover un aprendizaje más activo,
personalizado y centrado en el niño. Este enfoque fomenta la participación, la
colaboración y la exploración de los niños en su proceso de aprendizaje (Moral et al., 2022).
La
clase invertida se sustenta en diversos fundamentos teóricos que respaldan su
enfoque pedagógico. Estos fundamentos incluyen el constructivismo, el
aprendizaje activo y el uso de la tecnología (Blasco-Serrano et al., 2022).
El
constructivismo es una teoría educativa que postula que el conocimiento se
construye de manera activa en la mente del niño, a través de su interacción con
el entorno y la construcción de significados basados en sus propias
experiencias (Ruiz-Jiménez M. et al., 2022). En la
clase invertida, los estudiantes acceden a los materiales educativos antes de
la clase, permitiéndoles construir una base de conocimientos previos (Rox y Rodríguez, 2021). Durante la clase, participan en
actividades prácticas y colaborativas que les permiten construir y aplicar ese conocimiento
de manera significativa.
Por
otro lado, el aprendizaje activo se enfoca en la participación activa del
estudiante en su propio proceso de aprendizaje (Seldas et al., 2023). En lugar de ser meros receptores
pasivos de información, los alumnos participan en actividades que les permiten
explorar, investigar, experimentar y aplicar conceptos y habilidades (Rigo y Squillari, 2021). La clase invertida fomenta este
aprendizaje activo al proporcionar a los estudiantes la oportunidad de acceder
a los materiales educativos antes de la clase y participar en actividades
prácticas durante el tiempo de clase. Esto promueve un enfoque centrado en el
estudiante, donde ellos se convierten en los protagonistas de su propio
aprendizaje (Araya Moya et al., 2023).
Además,
el uso de la tecnología desempeña un papel fundamental en la clase invertida.
La tecnología, como videos educativos, plataformas en línea y recursos
interactivos, facilita el acceso a los materiales educativos fuera del aula y
permite a los estudiantes revisarlos a su propio ritmo (Montejo, 2021). Asimismo, la tecnología brinda oportunidades
para la interactividad, el acceso a recursos multimedia y la comunicación en
línea, enriqueciendo así la experiencia de aprendizaje de los estudiantes. Por
otra parte, la tecnología también permite a los docentes monitorear y evaluar
el progreso de los estudiantes de manera más eficiente (Martín-Macho y Neira-Piñeiro, 2023).
Es
necesario resaltar que la clase invertida se basa en fundamentos teóricos como
el constructivismo, el aprendizaje activo y el uso de la tecnología (Rivero et al., 2020). Estos fundamentos respaldan un enfoque
pedagógico centrado en el estudiante, donde se fomenta la construcción activa
del conocimiento, la participación activa de los estudiantes en su proceso de
aprendizaje y el uso de herramientas tecnológicas para facilitar el acceso a
los materiales educativos y la interacción con el contenido (Maya et al., 2021).
Roles
de la clase investida
En
la educación inicial, de acuerdo con (Rox y Rodríguez, 2021)
la implementación de la clase invertida implica un cambio en los roles
tradicionales de los docentes y los niños. A continuación, se describen los
principales roles en la clase invertida en la educación inicial:
·
Docente
facilitador: El docente asume el papel de facilitador del aprendizaje. En lugar
de ser la única fuente de conocimiento, el docente guía y apoya a los niños en
su proceso de aprendizaje. Prepara los materiales educativos, selecciona
recursos adecuados y diseña actividades interactivas. Durante la clase, el
docente promueve la participación activa de los estudiantes, estimula su
curiosidad y responde a sus preguntas. Además, supervisa y evalúa el progreso
individual de los estudiantes, proporcionando retroalimentación constructiva.
·
Estudiante
activo: Los niños se convierten en participantes activos en su propio
aprendizaje. Antes de la clase, acceden a los materiales educativos
proporcionados por el docente y los exploran a su propio ritmo y estilo de
aprendizaje. Durante la clase, participan en actividades prácticas y
colaborativas, trabajando en equipo, resolviendo problemas y aplicando los
conceptos aprendidos. Los estudiantes se convierten en constructores de su
propio conocimiento, explorando, experimentando y reflexionando sobre lo
aprendido.
·
Padres
o cuidadores involucrados: En la educación inicial, los padres o cuidadores
desempeñan un papel relevante en el proceso educativo de los niños. En la clase
invertida, se les involucra proporcionándoles información y recursos para
apoyar el aprendizaje de sus hijos en casa. Pueden acceder a los materiales
educativos junto con los niños, fomentar su interés por el aprendizaje y apoyar
la práctica de las habilidades adquiridas en la clase invertida.
Es
importante destacar que estos roles no son estáticos y pueden adaptarse según
las necesidades y dinámicas de cada aula. La flexibilidad y la adaptabilidad
son fundamentales en la implementación exitosa de la clase invertida en la
educación inicial.
Estrategias
por parte del docente en la clase invertida
La
implementación de la clase invertida en la educación inicial puede utilizar
diversas estrategias adaptadas a las características de los niños pequeños (Dong et al., 2021). A continuación, se presentan algunas
estrategias para aplicar la clase invertida en la educación inicial:
·
Selección
de recursos multimedia apropiados: Selecciona materiales multimedia, como
videos cortos, canciones e imágenes, que sean atractivos y comprensibles para
los niños pequeños. Estos recursos deben ser interactivos, visuales y
estimulantes para captar su atención e interés.
·
Comunicación
con los padres: Mantener una comunicación activa con los padres o cuidadores,
informándo sobre el enfoque de la clase invertida y proporcionando acceso a los
materiales educativos. Comparte sugerencias y actividades para que los padres
puedan apoyar el aprendizaje de sus hijos en casa.
·
Actividades
prácticas y lúdicas en el aula: Durante el tiempo de clase, organiza
actividades prácticas, juegos y exploraciones que permitan a los niños aplicar
y consolidar los conceptos aprendidos. Fomenta la interacción y colaboración
entre los niños para promover el aprendizaje social y emocional.
·
Adaptación
de los materiales educativos: Adapta los materiales educativos para que sean
accesibles y comprensibles para los niños de educación inicial. Utiliza un
lenguaje sencillo, imágenes visuales y elementos táctiles para facilitar procesos
cognitivos, la percepción, la discriminación, clasificación, la comprensión.
·
Evaluación
formativa y retroalimentación: Utiliza estrategias de evaluación formativa,
como observaciones y conversaciones individuales, para monitorear el progreso
de los niños. Proporciona retroalimentación específica y positiva que destaque
sus logros y les brinde orientación para mejorar.
·
Integración
de la tecnología: Aprovecha el uso de dispositivos digitales, aplicaciones
educativas y plataformas en línea adecuadas para la educación inicial. Estas
herramientas pueden complementar y enriquecer los materiales educativos,
ofreciendo actividades interactivas y oportunidades de exploración.
·
Flexibilidad
y adaptabilidad: Ajusta la implementación de la clase invertida según las
necesidades individuales y grupales de los niños. Considera sus niveles de
desarrollo, intereses y estilos de aprendizaje, y realiza modificaciones en los
materiales y actividades según sea necesario.
Es
relevante recordar que la educación inicial se basa en el juego, la exploración
y el desarrollo integral de los niños. Por lo tanto, la clase invertida debe adaptarse
a estos principios para que sea efectiva y adecuada para su edad (Romero et al., 2021).
El
objetivo del artículo científico es analizar la aplicación de la clase
invertida en la educación inicial y su impacto en el proceso de
enseñanza-aprendizaje, a través de una revisión exhaustiva de la literatura
académica, se busca investigar cómo la implementación de la clase invertida en
la educación inicial puede mejorar el proceso de enseñanza-aprendizaje, la promoción
de la participación activa y el desarrollo de habilidades clave en los niños
pequeños, proporcionar una visión general de los beneficios y desafíos de la
clase invertida en este contexto educativo, ofreciendo recomendaciones
prácticas para su aplicación exitosa. Además, se busca fomentar el interés por
la investigación y la innovación pedagógica en el campo de la educación
inicial.
MATERIALES
Y MÉTODOS
Para
llevar a cabo este estudio, en un principio se consideró la opción de
transformar las clases tradicionales de Lógica Matemática en clases invertidas.
En el primer día de clase después del período de adaptación se planteó a los padres
y niños la posibilidad de adoptar esta nueva metodología en lugar de la clase
convencional. Se explicó cómo funcionarían las clases invertidas y se informó que
deberían dedicar tiempo en casa para revisar el material. Todos los padres y
niños estuvieron de acuerdo en utilizar esta metodología y se comprometieron a
trabajar en casa.
El
siguiente paso consistió en proporcionar a los estudiantes todo el material
necesario para trabajar en casa durante la primera semana de clase. Este
material incluía un dossier con todas las destrezas seleccionadas. Además, se
utilizaron cinco vídeos alojados en YouTube que proporcionaban información
complementaria para facilitar la comprensión de los contenidos a tratarse.
En
relación con la metodología empleada durante las clases, se llevaron a cabo
diversas actividades en la asignatura de Lógica Matemática, que se impartía dos
veces a la semana. En el primer día de clase, se iniciaba con una evaluación diagnóstica
del tema que los niños observaron, escucharon previamente en casa. A través de
un guion de preguntas elaborado por la profesora, se promovió la discusión de
los contenidos a través de preguntas y respuestas, así como con la ayuda del
material compartido a los padres. En ocasiones, la profesora realizaba una
breve exposición y aclaraba las dudas surgidas tras el desarrollo del tema.
En
el segundo día de clase, se dedicaba a realizar trabajo activo en grupos de
cuatro niños, involucrando la discusión en grupo para la resolución de un
problema relacionado al tema. Los niños accedían a la información a través de
hojas de trabajo con instrucciones escritas y verbales dadas por la maestra. Al
finalizar la clase, se sugería a los niños reflexionar el aprendizaje en los
temas tratados y complementarlos con información adicional, como videos seleccionados
de YouTube facilitados por los padres. Los trabajos prácticos elaborados por
los niños fueron evaluados y se proporcionaba retroalimentación.
La
recolección de datos se llevó a cabo después de 10 semanas de implementar esta
metodología. Se aplicó un cuestionario que evaluaba las percepciones de los
estudiantes sobre el entorno de aprendizaje invertido en el aula. Este
cuestionario, diseñado por Gilboy et al. (2015), el cual contempla una escala
Likert de cinco ítems, teniendo como valores de respuesta eran "muy de
acuerdo", "de acuerdo", "neutral", "en
desacuerdo" o "muy en desacuerdo". El cuestionario presentaba
una confiabilidad aceptable, con un valor de Alfa de Cronbach de 0.714. La
población con la que se trabajó previo consentimiento de los padres de familia
fue con 45 niños de 5 a 6 años.
RESULTADOS
Y DISCUSIÓN
Los
resultados obtenidos en la investigación permiten se muestran en los siguientes
gráficos y tabla luego de aplicado el cuestionario.
Gráfico 2. Grado de
satisfacción.
La
discusión del artículo se centra en la implementación de la clase invertida en
la educación inicial y su impacto. Mediante la revisión de la literatura
académica, se ha encontrado que este enfoque pedagógico ofrece ventajas en
términos de participación activa de los estudiantes, construcción de
conocimiento y desarrollo de habilidades cognitivas, sociales y emocionales.
Los
fundamentos teóricos del constructivismo, el aprendizaje activo y el uso de la
tecnología respaldan la implementación de la clase invertida en la educación
inicial. Al permitir que los niños sean protagonistas de su propio aprendizaje,
se fomenta una mayor comprensión de los conceptos. La tecnología educativa
complementa este enfoque al brindar interactividad, exploración y personalización
del aprendizaje.
El
trabajo en equipo, la resolución de problemas, el desarrollo de la
responsabilidad que exige la reflexión a partir de una construcción
experiencial, además de aprender a exponer sus ideas, reconocer sus necesidades
en cuanto a conocimiento, son comportamientos que causan impacto en el niño y
sus padres por el nivel de satisfacción sentida en el proceso de la experiencia
de la clase invertida.
CONCLUSIONES
Los
roles claves en la clase invertida incluyen al docente como facilitador, los
estudiantes como participantes activos y los padres como colaboradores en el
proceso educativo. Estrategias prácticas, como la selección de recursos
multimedia adecuados, la adaptación de materiales educativos, la comunicación
efectiva con los padres y la integración de la tecnología, son fundamentales
para el éxito de la clase invertida en la educación inicial.
En
conclusión, la clase invertida se presenta como una alternativa prometedora en
la educación inicial. Sus beneficios en términos de participación activa,
construcción de conocimiento y desarrollo integral son evidencia de su
potencial transformador. Sin embargo, se deben abordar desafíos como la
adaptación de materiales y la capacitación docente. Se alienta a futuras
investigaciones y prácticas basadas en evidencia para mejorar y perfeccionar
este enfoque educativo en la educación inicial, la valoración de los procesos
cognitivos desarrollados con esta metodología de trabajo, la propuesta de
ampliar el abanico de estrategias metodológicas para el trabajo con los niños
del nivel inicial.
CONTRIBUCIÓN
DE LOS AUTORES
Sylvia
Andrade Zurita Material y Métodos e Introducción; Mayra Balladares Ortiz
Resultados y discusión; Angie Marcela Miranda Introducción y Conclusiones;
Margoth Guachi Pilco Conclusiones.
AGRADECIMIENTOS
Nuestros
sinceros agradecimientos a la Universidad Técnica de Ambato por la oportunidad de
organización estos encuentros científicos de impacto. A la Facultad de Ciencias
Humanas y de la Educación por el apoyo continuo al desarrollo profesional del
talento humano. Al equipo de investigación por el trabajo responsable realizado.
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